jueves, 16 de noviembre de 2017

La inmadurez bioelectrica en niños

Introducción

La inmadurez bioelectrica o neurológica es un padecimiento que la mayoría de la gente desconoce o que incluso suelen confundir con otros trastornos. Es por eso que es importante dar a conocer la importancia sobre este tema, puesto a que este padecimiento afecta el funcionamiento de diferentes partes del cerebro, que al no tratarse correctamente o a tiempo puede provocar otros transtornos.

¿Qué es la inmadurez biolectrica?

Para responder a esta pregunta, debemos imaginar cuáles son los protagonistas de los complejos procesos neurobiológicos que están ocurriendo al interior del cerebro de un niño. Estos protagonistas son las neuronas y sus conexiones; la mielina; los mensajeros químicos que transmiten información; las hormonas, que actúan modulando la información que se transmite y que ponen en marcha la información genética relativa a un determinado proceso; centenares de iones, minerales (litio, magnesio, fósforo), etc. y la poderosa energía vital, que fluye por cada una de nuestras células entregándonos vida y salud.
Entonces, la inmadurez puede ser consecuencia de una lenta y /o tardía conectividad entre redes neuronales; de una lenta y/o tardía mielinización en determinadas regiones funcionales cerebrales; de una insuficiente síntesis de mensajeros neuronales o de hormonas moduladoras de las funciones cerebrales, etc.

Factores:

a) Biológicos: herencia, sexo, producción de neurotransmisores.
b) Escolares: procesos personales de aprendizaje (velocidad, atención, dispersión)
c) Ambientales: estimulación, estilos de familia y desarrollo socio-afectivo propio.

Tipos de inmadurez

Inmadurez psicológica

Son aquellas personas que no tienen actualizadas al máximo sus potencialidades, sean éstas de carácter psicomotriz, intelectual, o afectivo, en relación al momento cronológico considerado y según un determinado modelo tipo o patrón, todavía no adulto, falta de manejo en todos, o en algunos campos o habilidades del conocimiento humano.
Muchas veces se expresa en  falta de responsabilidad y en el miedo a tomar decisiones por temor al fracaso


Inmadurez emocional

Son las personas que llegan a la edad adulta pero siguen viviendo como adolescentes, sufren el Síndrome de Inmadurez Emocional. Son personas con una edad de 30, 40, o más años que viven como adolescentes.

Inmadurez neurológica

Un prematuro que no haya desarrollado completamente su sistema nervioso en el útero materno podría tener sus funciones cerebrales inmaduras, hasta lograr llegar a su desarrollo adecuado. Entre los signos que denoten inmadurez en las funciones cerebrales se incluyen:
Ø  Fisiológicas: Ahogarse con mucha frecuencia, cambiar frecuentemente de color, y respirar irregularmente o tener frecuencia cardíaca irregular.
Ø  Motoras: Retorcerse, sufrir entumecimiento muscular, cojear o estar imposibilitado de permanecer erguido.

Ø  Estados de la Consciencia: Incapacidad para estar alerta o sufrir un estado de nerviosismo constante.
Atención: Problemas para focalizarse en una persona en particular o prestar atención; cansarse rápidamente cuando se interactúa con alguien.
Ø  Autorregulación: Dificultad para calmarse luego de haberse puesto nervioso

Señales de alerta

En términos generales, un niño con algún tipo de inmadurez neurológica manifiesta su condición a través de comportamientos anormales que sus padres pueden identificar cuando se le presta atención:
  • Tiene problemas de conducta, falta de atención, baja concentración e impulsividad.
  • La relación con sus hermanos, vecinos y compañeros de grupo es conflictiva; casi siempre es demasiado agresivo.
  • El progreso en los aprendizajes informal (aquel que se enseña principalmente en el hogar) y escolar es lento, sobre todo en matemáticas, ya que es una materia que requiere mayor capacidad neuronal.
  • Se le dificulta hacer amigos, y con los pocos que tiene es muy “encimoso” o “pegajoso”.
  • Despierta continuamente durante las noches, muchas veces gritando, angustiado y con el pulso acelerado.
  • Le cuesta mucho trabajo pronunciar algunos sonidos y, cuando lee o escribe, invierte el orden de letras o palabras.
  • Su coordinación motora es mala, de modo que se le considera torpe y se le rechaza cuando sus compañeros practican juegos o deportes de grupo. Tira objetos y se tropieza a menudo.
  • Controla inadecuadamente los esfínteres que permiten la evacuación de orina o excremento.
El grupo más vulnerable es el de aquellos infantes en los que alguno de los padres o un familiar cercano tuvo un problema similar durante la niñez, ya que los estudios estadísticos han demostrado en repetidas ocasiones que el factor hereditario llega a ser determinante.

Padecimientos que se derivan de la inmadurez neurológica o bioelectrica

Por otra parte, y a fin de explicar con mayor claridad cómo es que una sola condición como la inmadurez neurológica da lugar a distintos padecimientos, todo depende de la región cerebral que se encuentre afectada y del grado de lesión. Por ello, ahonda un poco más sobre los problemas que se presentan con mayor frecuencia:
  • Trastorno por déficit de atención e hiperactividad. Los niños con esta condición tienen dificultad para poner atención y concentrase, además de que son muy impulsivos y no pueden mantenerse quietos (son hiperactivos); para que un médico la diagnostique es necesario que dicha alteración tenga una duración de al menos 6 meses continuos y presentarse en dos escenarios distintos en la vida del menor (escuela, hogar, vida social o deportiva). A pesar de que todavía hay gran controversia sobre el origen de esta condición, “básicamente hablamos de mal funcionamiento a nivel cerebral en las áreas de atención y concentración, que se localizan en las región paracentral del lóbulo frontal (aproximadamente en la frente) del hemisferio derecho”.
  • Problemas motrices. Son todas aquellas dificultades en la realización de movimientos, y pueden ser de distintos tipos. Hay pequeños que no pueden mantener el equilibrio y otros a los que les cuesta mucho coordinar el movimiento de sus extremidades, de modo que tiran objetos, se tropiezan a menudo o no pueden realizar dibujos reconocibles. En caso de que haya limitación de movimiento, “la afectación puede ocurrir en una zona central del encéfalo llamada vía piramidal; si hay mal desempeño visual-motor, hablamos de posible daño en la región occipital (parte posterior), y si lo que falla es el equilibrio y la coordinación, es probable que se trate del cerebelo u otras estructuras del centro del cerebro”.
  • Retraso mental. Esta deficiencia se diagnostica con base en pruebas de inteligencia (WISC en el caso de los menores) que se califican de acuerdo con la escala de Wechsler, mundialmente aceptada. La inteligencia normal va de 90 a 110 puntos, y cualquier cifra menor nos remite a una situación anormal: de 89 a 80 nos indica una inteligencia normal baja y de 79 a 70 una limítrofe, en tanto que en una de 50 a 69 hay retraso mental leve, de 35 a 49 es moderado, de 20 a 34 severo, y de 19 o menor es profundo. Conforme más baja sea la puntuación es más difícil el aprendizaje y establecer comunicación con el menor, al grado de que incluso es difícil aplicar la prueba de evaluación. “Los centros afectados pueden ser diversos y no se limitan a una región específica. Hay pequeños en los que esto ocurre por un golpe o sangrado interno que destruye algunas áreas del cerebro, pero también hay casos en los que no hay lesión anatómica visible y que se vinculan a falta de oxígeno al nacer”.
  • Mal manejo emocionalDa lugar a niños inseguros, dependientes, aislados de otros menores, con dificultad para enfrentar la realidad y carácter depresivo, pero también pequeños con escaso control sobre su conducta, que hacen rabietas y berrinches exagerados y que se irritan fácilmente. Es frecuente que tal comportamiento se confunda con un problema de educación o como consecuencia de conflictos en el hogar, entre ellos divorcio de los padres y violencia intrafamiliar, por lo que sólo una evaluación profesional permite diferenciar entre un desajuste emocional y un problema neuronal, casi siempre ubicado en regiones profundas del cerebro.


Alternativas o estudios a realizar

La gran mayoría de los padecimientos citados se diagnostican poco antes de los 7 años de edad, y aunque pueden ser detectados por un psicólogo o un psiquiatra infantil, la confirmación se realiza a través de un examen clínico que queda a cargo del neurólogo pediatra, quien tiene distintos recursos para lograr su objetivo:
  • Electroencefalograma. A través de electrodos colocados en el cuero cabelludo, detecta y registra patrones de la actividad eléctrica del cerebro, a fin de determinar cualquier anormalidad. Una versión más avanzada y precisa de este sistema es el electroencefalograma digital, que se maneja por computadora.
  • Mapeo cerebral. Se trata de una herramienta que sirve para ver las ondas cerebrales en forma de gráficas y dibujos, logrando visualizar el resultado en forma mas fácil y didáctica.
  • Pruebas psicométricasSon diferentes cuestionarios que sirven para percibir problemas de atención y motricidad

Tratamientos

Ya que los distintos tipos de inmadurez neurológica son problemas complejos que afectan diferentes ámbitos en la vida del menor, el Dr. Abraham Dayán afirma que la rehabilitación "debe ser realizada con la colaboración de varios especialistas, dependiendo de las áreas afectadas. 
Además, destaca que en algunos casos se deben utilizar neurofármacos, es decir, medicamentos especiales que regulan la actividad del sistema nervioso, y en otros se llevan a cabo sesiones psicoanalíticas enfocadas al aspecto emocional, debido a que la autoestima del infante ha sido muy afectada. Más aun, Dayán Nahmad hace hincapié en que "así como intervienen distintos especialistas, también tienen que participar los padres y hermanos, ya que deben comprender que reprender o sobreproteger al pequeño complica la recuperación". 



Conclusión

Gracias a toda la información anterior podemos llegar a la conclusión que es un problema serio que se detecta desde que se es un niño y que fácilmente las personas pueden confundirlo con problemas de disciplina o atribuirlas al comportamiento “normal” de los niños.
Dentro del cerebro ocurren diversas funciones, y estas al no estar debidamente maduras puede provocar diferentes trastornos o problemas al individuo, dependiendo a la área afectada y a la profundidad de la lesión.

Aunque a veces es difícil detectarlo, existen especialistas que poseen diversas herramientas para poder detectarlo y tratarlo.



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